Cambios en el GORE Áncash: renuncias forzadas y cambios abruptos en Educación, Desarrollo Económico y Turismo
El Gobierno Regional de Áncash (GORE Áncash) inició una reestructuración acelerada y marcada por tensiones internas, con la salida de los tres primeros funcionarios: Edver Paredes (Director Regional de Educación), Eduardo Alegre (Gerente Regional de Desarrollo Económico) y Karen Mazzi (Directora Regional de Turismo). Aunque oficialmente se habla de un proceso de “ordenamiento institucional”, al interior del GORE se interpreta como un reacomodo político impuesto desde la alta dirección.
Renuncia que no fue voluntaria
En el caso del director regional de Educación, Edver Paredes, si bien presentó una carta de renuncia, ésta habría sido una formalidad ante su inminente cambio, ya decidido desde días atrás. Fuentes cercanas aseguran que el director recibió presiones para apartarse del cargo en medio de cuestionamientos por falta de liderazgo para resolver problemas institucionales y por retrasos en procesos administrativos claves del sector.
La renuncia termina siendo un mecanismo recurrente en el GORE Áncash: antes que asumir el costo político de las destituciones, se opta por “renuncias aceptadas” para maquillar decisiones que ya estaban tomadas.
Desarrollo Económico: una gerencia sin conducción clara
El relevo de Luis Alegre, gerente regional de Desarrollo Económico, abre un nuevo vacío en una de las áreas más sensibles para la región.
Durante los últimos meses, la gerencia acumuló cuestionamientos por mal manejo de los recursos de Procompite, paralización de proyectos productivos y falta de articulación con los sectores agrícola y pesquero.
El cambio, lejos de marcar un rumbo claro, deja a la región sin una estrategia definida para dinamizar su economía.
Turismo: salida abrupta de una dirección que no despegó
La directora de Turismo, Karen Mazzi, también fue retirada en medio de críticas por la falta de una política efectiva de promoción turística. Operadores del sector señalan que no se logró ejecutar campañas regionales ni articular acciones con los municipios, a pesar del enorme potencial turístico de Áncash.
Su salida confirma que la dirección no logró consolidar un plan operativo real y que la gestión regional mantiene el turismo relegado a un segundo plano pese a ser uno de los motores económicos más prometedores.
Reacomodo político en curso
Aunque el GORE Áncash insiste en que estos cambios forman parte de una “reorganización técnica”, los hechos muestran lo contrario: no hubo anuncios previos, no existen reemplazos designados y no se comunicó un plan de continuidad.
La movida parece más un ajuste político interno, en el que la gobernación busca colocar funcionarios afines y reducir tensiones entre facciones que operan dentro de la administración.
Mientras tanto, los sectores de Educación, Economía y Turismo quedan temporalmente acéfalos o con encargaturas, generando incertidumbre en momentos donde la región necesita firmeza y claridad en su conducción.




